Comparto por aquí el pequeño homenaje y reflexión sobre David Bowie y el Género. Espero que lo disfruten. Visiten el blog de Cuadrivio. En la columna Mar de Fondo, publicamos cada mes sobre género. Gracias por leer y compartir.
David Bowie: disonancia y transformación
martes, enero 19
sábado, enero 9
La belleza del paréntesis. Ana Paulina Gutiérrez
In Parenthesis. Tim Grosvenor Dibujo: Grafito en papel |
Es
entre esas dos curvas que frenan los cuerpos, las palabras y las emociones, donde uno nota su propia existencia.
En ese espacio reducido te percatas (por primera vez) de toda la piel que te
sobra. Te das cuenta que es tanta, que no te deja ver, ni avanzar, ni oler. Ni
descubrir que podrías escabullirte por arriba, o por debajo de ti misma.
Entonces
te cortas las uñas y el cabello. Te deshaces de la sal y del agua sobrante en
tus ojos. Restriegas tu piel con una lija, con una piedra, para mudarla más
rápido. Aunque sangre un poco.
Porque
no tienes paciencia. Quieres volver a caminar. Ligera. Sin todos esos kilos de piel extra. Quieres mirar de nuevo sin
fruncir el ceño.
Pero
para eso tienes que detenerte unos minutos. Durante varios días. A lo largo de
tu vida.
Tienes que tenderte en el piso.
Tienes
que respirar y flotar.
Es
una ilusión creer que puedes mudar de piel sin trámites.
Necesitas
pensar, soltar, sentir, reír.
Necesitas
volver a dormir a pierna suelta.
Sin
compañía.
Necesitas
ser una, para volver a ser todos.
Mudar
de piel sin hacer una exfoliación profunda y constante nos lleva al error.
A
su repetición.
Al
auto engaño.
A
la fuga.
Duele
menos, pero la herida permanece abierta. Y tarde o temprano te engulle. Te hace
llorar. Como un hábito.
Es
por eso que precisas sumergirte en agua oxigenada y dejar que esta se filtre
por tus oídos. Necesitas adentrarte en el sonido de la inmersión. Permanecer
ahí todo el tiempo que puedas. Ser consciente de la ausencia de tu respiración.
Sentir la necesidad del aire. Del mundo.
Emerger
varias veces para tomar aire. ¡Pero no bocanadas que curen la asfixia! ¡No! Eso
sólo te salvará la vida, pero no te reconciliará con ella. No te devolverá al
mundo con el privilegio del goce casi permanente (la
serenidad).
“Sólo
inhala en pequeños respiros. Toma sólo el aire necesario. Y sumérgete de
nuevo”.
Necesitas
caminar sola, dar brincos, correr un poco para después, quizá, darle la mano a
alguien más sin querer soltarla (a la menor provocación).
Con
los pies descalzos y húmedos.
Llenos
de tierra.
De
años.
De
goce.
De
vida.
Necesitas
encontrarte con gente que no esté desesperada por mudar de piel. Personas que
cuiden sus pies cansados. Que no laman tus heridas ni busquen que
hagas lo mismo con las suyas. Como lobos. Ni que aparenten ser felices cuando
no lo son. Como tontos.
Necesitas
personas que sepan que se está en el mundo un instante. Y que se está mejor si
te mueves de manera suave, sin prisa, sin discontinuidades. Con cuidado. Como
si nadaras muy cerca de corales.
Personas
que den tiempo al silencio. Que permitan escucharlo.
Personas
que se den permiso de ser silencio. De ser paréntesis. (Y elocuencia).
p()thesis. Kuch Khayaal Dibujo digital |
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