Eduardo 5 |
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo,
el amor y la dicha,
itinerarios, música,
juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo
doy, es cierto,
pero todo lo mío no
te basta
como a mí no me basta
que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos
nunca
la pareja perfecta,
la tarjeta postal,
si no somos capaces
de aceptar
que sólo en la
aritmética
el dos nace del uno
más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi
espejo,
quiero decir que para
verme tenía que mirarte.
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